Saludos, Antonio.
El mensaje que enviaste a Luis Ángel Aguilar Montero, de la Coordinadora de
Comunidades Cristianas, fue difundido por éste en el foro de correo electrónico de esas
comunidades cristianas de base con la finalidad de que te respondiese el que lo
considerara oportuno. Yo te envío mi opinión sobre el tema que tratas por si resulta de
alguna utilidad para ti.
Estoy muy de acuerdo contigo en todo lo que dices en el primer párrafo de tu escrito. Si
alguna relación se puede establecer entre el Reino de Dios que Jesús predicó y la Iglesia
Católica es la de una traición permanente de esa Iglesia al Reino de los Cielos y su
implantación. De acuerdo también con lo que dices sobre los dogmas, los sacramentos,
el culto, el sacerdocio, la jerarquía… Puedes comprobar ese enorme grado de
coincidencia si lees mis opiniones al respecto expresadas en la página web:
https://carleos.epv.uniovi.es/~faustino/evangelizacion/e.htm
En lo que ya no estoy de acuerdo contigo es en las conclusiones a las que llegas y que
expresas en el segundo párrafo. Para empezar, no creo que pueda decirse que el Reino
de Dios es una realidad contrapuesta a la democracia y a cualquier otro reino, Estado o
nación. “Contrapuesta” quiere decir “puesta en contra”, y eso no es apropiado para los
ejemplos que citas. Los reinos, Estados y naciones son formas de organización social
humana que se lograron tras un largo proceso de superación de cosas anteriores menos
apropiadas. Dios acompaña a la humanidad en ese largo proceso de progreso hacia
metas altas cuyo ideal denominamos como Reino de los Cielos o Reino de Dios. Lo
mismo, la democracia, el socialismo y otros valores son logros de ese proceso
evolutivo, progresivo de la humanidad que camina hacia Dios y su Reino de justicia y
amor. Se trata de conseguir esa alta meta pero eso no implica renunciar a la
nacionalidad y a la religión a la que uno pertenezca. El objetivo es que las diversas
nacionalidades y religiones sean transformadas y superadas en positivo hasta alcanzar el
ideal -por lo demás utópico y qui no accesible en la historia humana sino en el plano
escatológico- del Reino tal como Jesús lo entendía.
Dices que te ciñes simplemente al mensaje de Jesús. Muy bien, pues veamos cual es la
actitud del Maestro Jesús sobre este tema. Él no vivió como un ermitaño. Su
permanencia en el desierto durante un cierto período tenía una finalidad práctica, la de
estudiar y elaborar su estrategia de actuación en el mundo, y luego se dirigió al mundo,
a la sociedad, para intentar transformarla. En su época existían en su país unos monjes o
ermitaños que huían del mundo, se apartaban de la sociedad porque se consideraban
más puros que la gente del pueblo. Se llamaban a sí mismos “el resto de Israel”, que era
Buen día, estoy buscando comunidades cristianas, porque creo en Jesús de Nazaret
como discípulo del Reino, no creo que entre la Iglesia Católica y el Reino de Dios exista
el más mínimo nexo o comunión, por ende no acepto a la jerarquía de ningún tipo, ni
acepto los dogmas, ni los sacramentos, ni el sacerdocio, ni los rituales y liturgias, ni las
demás pamplinas inventadas por castrados mental y espiritualmente, me ciño
simplemente al mensaje de Jesús tal cual es. ¿sabrías tú decirme si existe alguna
Comunidad/Reino de Dios? de momento vivo mi fe a solas, cual ermitaño, por el simple
hecho que no comulgo con ninguna fe extraña al mensaje de Jesús y hasta ahora no
he encontrado ninguna comunidad fiel a la fe del Reino.
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abes tú si existe alguna comunidad
que sea Reino de Dios? que sus miembros no pertenezcan al Estado español y a una
comunidad cristiana a la vez, es decir, que no paguen impuestos para sostener al
estado español, que no ayuden a sostener a un reino que no es el Reino de Dios.
como una pretensión de ser la quintaesencia, los más puros y fieles del pueblo. Por uno
de los rollos de Qumran traducidos se sabe que aquella comunidad de esenios tenía un
ritual elaborado acerca de cómo debían proceder en el caso de que el Mesías los
visitase. Pues bien, el Mesías nunca los visitó porque se consideraban una élite, los
únicos sanos del pueblo, y Jesús decía que el médico es para los enfermos, no para los
sanos, por lo tanto él se dirigía a las prostitutas, los publicanos, los pecadores, los que
eran conscientes de sus limitaciones… Los únicos esenios a los que el Mesías Jesús sí
visitó fueron los mandeos, la comunidad a la que pertenecía el Bautista, porque éste sí
se dedicaba a predicar y bautizar al pueblo con la finalidad de mejorarlo.
La enseñanza es clara. A Jesús, a los que trabajan por su Reino, los encontrarás
trabajando en el mundo para mejorarlo. No los encontrarás en una Iglesia o una secta
concreta: están repartidos por todas las organizaciones trabajando para mejorarlas. Si te
educaste en el seno de la Iglesia Católica, o la Anglicana u otra cualquiera, quédate en
ella y procura mejorarla (hay mucha tela que cortar en todas las iglesias y sectas
cristianas, y no tiene sentido abandonar una para abrazar otra; sería como ir de
Guatemala a Guatepeor). Si tienes la nacionalidad española, España es el país que Dios
quiere que te dediques a mejorar. Jesús vivió y murió como judío; nunca renunció a su
judaísmo ni a su judaicidad (en su tiempo religión judía y nacionalidad judía significaba
lo mismo). Por los evangelios sabemos que el día anterior a su muerte estuvo
celebrando con sus discípulos la tradicional Pascua judía, y uno de los evangelistas
añade el detalle de que al terminar estuvo cantando con ellos el himno acostumbrado en
esa ceremonia. Por el Evangelio sabemos también que pagó tributo al Templo, y aunque
los evangelistas no lo dicen se puede suponer también que, como carpintero en Galilea,
pagó impuestos a Herodes Antipas y a través de éste a los romanos. Él quería mejorar o
perfeccionar el judaísmo y nunca pensó en establecer una nueva religión, pero su plan
era bastante radical. Cuando decía que no conviene echar vino nuevo en odres viejos ni
poner un remiendo nuevo en un vestido viejo parece que estaba dando a entender que lo
que él proponía era una refundación del judaísmo. En el judaísmo refundado que él
quería lograr no habría lugar para la casuística talmudista que caracteriza al judaísmo
rabínico actual. De la misma manera, proponer en la Iglesia Católica o en la Ortodoxa
un cristianismo sin dogmas, sin sacerdocio, sin jerarquías y que no esté centrado en el
culto, en realidad es proponer una refundación de la Iglesia. En ese sentido va el texto,
que antes mencioné, titulado “Otro modelo de evangelización”. En esa línea se puede y
se debe trabajar, y eso sería trabajar a favor de la implantación del Reino de Dios.
Pero no cabe hacerse ilusiones acerca de un rápido éxito en esa tarea. Jesús mismo
fracasó en su plan de refundar el judaísmo, y dos mil años después sigue existiendo,
aunque bastante esclerotizado, el judaísmo rabínico. Bien pudiera ocurrir que a pesar de
todos nuestros afanes, cuando hayan pasado otros dos milenios siga estando la Iglesia
Católica tan irreformable como hoy y tan esclerotizada como el judaísmo. Pero lo que
para nosotros parecen fracasos, en la perspectiva de Dios pueden no serlo. Las ideas del
Evangelio seguirán inspirando otros movimientos nuevos que sepan partir de cero y
asumir los valores del Reino que hoy rechaza el clero de las iglesias oficiales que
conocemos.
Perdona esta larga disertación. Espero que te sea de alguna utilidad. Cordialmente te
saluda,
Faustino Castaño.